Sobre la emigración de los jóvenes españoles: Una mezcla de sensaciones. Si por un lado puede ser triste, desgarrador, trágico, etc., tener que abandonar el país de uno para buscar trabajo en otro, también cabe la posibilidad de que la experiencia resulte a la larga positiva. Conozco muchos casos."O rinnovarsi o morire", dijo Marinetti con una frase que siempre he retenido como aleccionadora. También recuerdo lo que dijo Antonio Machado: "No hay cimiento ni en el alma ni en el viento".
Moralidad:
La obligación de los políticos en una democracia debe ser tratar de conseguir la mayor felicidad y justicia posibles para el mayor número de ciudadanos. Preguntar si es moralmente aceptable la situación actual es un poco irrelevante. La situacion es la consecuencia de muchos factores, locales, nacionales, internacionales, es lo que hay, muy adversa, y los más débiles económicamente, como siempre,van a sufrir en consecuencia, aquí y fuera.
La clase política:
"Algo" están tratando de hacer pero cuando hay una crisis como ésta, ¿qué medidas pueden ser lo suficientemente eficaces como para invertir con rapidez la tendencia migratoria? Está pasando lo mismo en Irlanda, de donde procedo yo. Venido abajo el "boom" inmobiliario, muchos jóvenes tienen ahora que emigrar. Es cruel pero es así.
Emigrar:
No es lo mismo la emigración más o menos voluntaria y la de quienes se ven forzados a abandonar su lugar de origen. Compadezco a éstos, su sufrimiento ha sido a menudo intenso a lo largo de la historia pero también ha cedido el paso muchas veces a experiencias positivas. En el fondo, para quien no cree en un Dios allí arriba que todo lo dispone según su voluntad divina, solo cabe el estoicismo.
La obligación de los políticos en una democracia debe ser tratar de conseguir la mayor felicidad y justicia posibles para el mayor número de ciudadanos. Preguntar si es moralmente aceptable la situación actual es un poco irrelevante. La situacion es la consecuencia de muchos factores, locales, nacionales, internacionales, es lo que hay, muy adversa, y los más débiles económicamente, como siempre,van a sufrir en consecuencia, aquí y fuera.
La clase política:
"Algo" están tratando de hacer pero cuando hay una crisis como ésta, ¿qué medidas pueden ser lo suficientemente eficaces como para invertir con rapidez la tendencia migratoria? Está pasando lo mismo en Irlanda, de donde procedo yo. Venido abajo el "boom" inmobiliario, muchos jóvenes tienen ahora que emigrar. Es cruel pero es así.
Emigrar:
No es lo mismo la emigración más o menos voluntaria y la de quienes se ven forzados a abandonar su lugar de origen. Compadezco a éstos, su sufrimiento ha sido a menudo intenso a lo largo de la historia pero también ha cedido el paso muchas veces a experiencias positivas. En el fondo, para quien no cree en un Dios allí arriba que todo lo dispone según su voluntad divina, solo cabe el estoicismo.
Llevo 18 años en España, ya pasé por ese agri-dulce sabor de venir a estudiar y tener que quedarme por que en mi país no había trabajo, con casi dos décadas en Cataluña lo más probable es que vuelva a Ecuador, por que aquí ya no hay trabajo. Suerte a los que se van, y a los que se quedan en España que Dios les de fuerza y valor para enfrentar lo que que está por venir. Yo me considero cobarde, ME MARCHO.
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