jueves, 19 de enero de 2012

Carlos: "Las condiciones laborales en España eran paupérrimas e insultantes"

Nombre: Carlos
Edad: 28
Profesión: Técnico de comercio exterior
Nivel de estudios: Licenciado / Máster
Lugar de nacimiento: Valladolid
País de residencia: (Guangzhou) China

¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?
Tras acabar la carrera, estuve 2 años y medio trabajando en 2 consultoras diferentes, una entró en suspensión de pagos, y la siguiente me ofrecían echarme y volver a contratarme cuando empezásemos otro proyecto en 2 meses. Decidí que era el momento de dar un cambio de rumbo, y me presenté a las pruebas de acceso para un puesto de técnico de comercio exterior, que incluía formación (un máster de una importante escuela de negocios); además empecé otro máster online de comercio internacional y retomé el inglés.
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
Sí, pero por poco tiempo como acabo de comentar. Tenía la certeza de que no iba a durar mucho, y no estaba dispuesto a quedarme de brazos cruzados.
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
A principios de 2008, cuando acabé la carrera no era nada difícil encontrar trabajo, entré en una empresa, pero tenía otras 2 ofertas. A partir de mayo de 2008, todo se torció. La crisis era algo real y generalizado, y desde entonces bajo esa crisis las empresas se han escudado para ofrecer unas condiciones paupérrimas, en ocasiones insultantes.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Extraordinaria y enriquecedora. No solamente el hecho de trabajar con otros idiomas, y de 'curtirte' con situaciones impredecibles, sino también por el hecho de conocer otras culturas y el bagaje que de da tanto en lo personal como en lo profesional.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
No tanto las condiciones, que a poco son mejores, como el hecho de saber que te estás labrando un futuro más prometedor que en España, donde salvo casos aislados, se puede hacer poco más que “sobrevivir” laboralmente hablando.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Y quién no echaría de menos España, por supuesto que echo de menos mi país. Sé que voy a volver, pero no en el corto plazo. He tomado un camino y volver ahora sería un paso atrás.
¿Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha?
Podría empezar a hablar y tirarme un día y medio. Durante años nos hemos gastado una enorme cantidad de dinero (el estado y nuestros padres) en formar a gente de la que ahora disfrutan otros países. Los políticos viven en su realidad paralela con sus problemas, pero poco hacen para abordar los problemas 'reales'. ¿Porqué, teniendo menos vacaciones que el resto de Europa, cobrando menos, y trabajando más horas somos en cambio mucho menos productivos? Creo que culpar exclusivamente a la clase política es muy cómodo pero no es ser justo; padecemos una crisis moral y cultural incluso mayor que la económica, hay mucha más conciencia por 'los derechos' que por 'los deberes'…nos hemos acostumbrado a vivir por encima de nuestras posibilidades, y cuando nos han dicho que se ha acabado la fiesta, seguimos sin querer darnos cuenta.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Mucho, en ocasiones dura, pero muy positiva y me ha completado como persona en todos los sentidos.
¿Se considera inmigrante? ¿Cómo lo valora?
Soy inmigrante. Pero el trato que recibo aquí no creo que sea peor que el de un inmigrante en España, no tengo ninguna queja.
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Frustración no, resignación sí. Creo que lo más importante es creer en lo que uno hace y trabajar duro, el bienestar no se consigue sin esfuerzo.
¿Es usted un indignado?
En el sentido más político de la palabra, soy un indignado resignado. Ya he bajado los brazos, admiro y respeto a quien aún no lo ha hecho, pero tengo 28 años y llevo tiempo interesado por la política. Creo que tengo derecho a la resignación y a tratar de trazar el mejor camino para mí y para los míos sin dañar a nadie. Pero en lo general no creo que el status quo de nuestra sociedad vaya a cambiar en lo básico. Los grandes bancos, agencias de rating, grandes corporaciones, y en último lugar nuestros irresponsables políticos (muchas veces meros títeres que se limitan a hacer los que se les ordena desde 'arriba'), van a seguir dictando nuestro futuro, y nuestro margen de maniobra como ciudadanos es casi inexistente.
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
Sinceramente no hasta el punto al que hemos llegado.
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España
Simplemente que cuando vuelva hayamos salido del enorme atolladero en que nos hemos metido.
Por último, ¿qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española?
Hagan el favor de pensar si les gusta el futuro que están trazando para sus hijos

miércoles, 18 de enero de 2012

Eduardo: "Ahora soy aún más consciente de la dureza de la emigración"

Nombre: Eduardo Alonso
Edad:
47
Profesión:
Guía turístico y profesor de español como lengua extranjera
Nivel de estudios:
Licenciado
Lugar de nacimiento:
Madrid
País de residencia:
Noruega


¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?

Me echaron del trabajo por demandar a la empresa para la que llevaba trabajando 12 años por haberme contratado siempre de manera ilegal. Gané el juicio pero incomprensiblemente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en segunda instancia, permitió a la empresa que me despidiera. Esto coincidió con la explosión de la crisis económica y era difícil encontrar otro trabajo, así que recurrí a algún contacto que tenía en Noruega para trabajar allí.
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
No
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas? Encontrar trabajo de guía parecía complicado, y trabajar de profesor de español en España es lamentable. La práctica totalidad de los centros donde se enseña español paga sueldos de miseria y ofrece condiciones laborales absolutamente aberrantes.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Aquí en Noruega todavía no he encontrado trabajo de lo mío y he tenido que hacer trabajos de interés prácticamente nulo. Ahora estoy sin trabajo, viviendo de ahorros y de un poquitín que cobro de paro, y estudiando noruego para poder acceder a trabajos mejores.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
Contrariamente a lo que ocurre en España, Noruega es un país donde la mayoría de la gente se comporta con honradez y respeta las leyes. Las leyes laborales y sociales son muy avanzadas y, a diferencia del caso español, aquí los empleadores respetan la ley. Los sueldos son suficientes para vivir hagas el trabajo que hagas, lo cual quiere decir que por muy humilde que sea tu ocupación siempre vas a poder tener una vida digna e independiente.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Echo de menos a mi gente y el hecho de vivir en mi propia cultura. Vivir en una cultura y en un idioma diferentes a los propios es siempre complicado. Lo que no echo de menos es la sinvergonzonería, la incultura, la desconsideración y la incompetencia que, desafortunadamente,
crecen en España a pasos agigantados.
¿Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha?
La culpa directa de mi marcha es de un empresario delincuente y de un sistema de justicia absolutamente disfuncional que ha sido capaz de conculcar el artículo 24 de la Constitución, el que se refiere al principio de tutela judicial, que es básico para que los trabajadores puedan exigir que se hagan efectivas las leyes laborales. La culpa indirecta es de los sucesivos gobiernos que desde 1978 han sido incapaces de, o no han tenido mayor interés en, reformar el sistema judicial y crear una administración de justicia eficaz y honrada.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Yo preferiría estar en mi casa, en mi ciudad y con mi gente, pero vivir aquí me está aportando bastantes cosas en crecimiento personal, sin duda.
¿Se considera inmigrante? ¿Cómo lo valora?
Sí, soy un inmigrante claramente. En Madrid llevaba muchos años viviendo en Lavapiés, el barrio con más inmigrantes de la ciudad, y aunque ya estaba sensibilizado hacia la dureza de la experiencia de la emigración ahora, viviéndolo en primera persona, soy mucho más consciente de esa dureza y de las muchas dificultades que plantea vivir en un entorno cultural diferente del propio, tanto para la persona que llega de fuera como para la sociedad de acogida.
¿Vive con cierta frustración la actual situación?¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
A mí lo que me desespera es la impresión de que muy poca gente en España parece ver lo evidente. En España hace falta una reforma de la Ley Electoral para corregir el deterioro del sistema político, hace falta dejar de darle tanta importancia a los nacionalismos, reformar las administraciones locales, dotar al país de un sistema judicial fiable, poner fin al absurdo sistema de oposiciones que tiene metidos debajo de un flexo durante años a millones de jóvenes que podrían estar haciendo cosas más productivas, dejar de doblar las películas y las series para que las nuevas generaciones aprendieran inglés casi por ósmosis, como ocurre en el norte de Europa y acabar con esas escuelas de barbarie que son los festejos con animales y la mayor parte de las cadenas de televisión. “Sólo” con esto, en unos 25 años tendríamos un país de lo más majete, jejejé.
¿Es usted un indignado?
No
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
No
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España
Más allá de la típica chorrada de “si me tocara la lotería”, creo que no tengo mucho que responder a esta pregunta. No sé si llamarlo “sueño”, pero mi aspiración, dado que sigo prefiriendo vivir en mi país que fuera de él y a la vez no estoy dispuesto a conformarme con la indignidad del mercado laboral español, es encontrar la manera de vivir a caballo entre Noruega y España, trabajando y cotizando en Noruega para no morirme de asco en la vejez, y pasando temporadas largas en España.
Por último, qué mensaje le gustaría dirigir a la clase
política española.
Al PSOE, que sean un partido de izquierda y si no que se dediquen a otra cosa; al PP que se distancien del modelo del ala extrema del republicanismo de Estados Unidos que importó Aznar y que tengan más visión de estado; a los nacionalistas, que la propia boina no es la cosa más importante del mundo y que lean “El bucle melancólico” de Jon Juaristi, a la izquierda que está a la izquierda del PSOE, que se planteen si de verdad la izquierda española necesita una docena de partidos, y a la sociedad en general, que piensen que los políticos españoles no vienen del planeta Marte, sino que emanan, por así decirlo, de la sociedad española. Entre el presidente de comunidad de vecinos que hace y deshace a su antojo, el oficinista que se lleva los bolis a casa para que los usen los niños, el conductor que aparca en un paso de cebra, la persona que paga en negro al fontanero para ahorrarse el IVA y los políticos corruptos hay una evidente relación de continuidad. En Noruega, esa abultada parte de la clase política española que son unos impresentables sería inviable.

viernes, 13 de enero de 2012

Patricia: "Soy una indignada, todos deberíamos serlo"

Nombre: Patricia
Edad: 32
Profesión: Investigadora
Nivel de estudios: Licenciatura y máster
Lugar de nacimiento: Gijón, Asturias
País de residencia: Camboya


¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?
Una gran amiga llevaba un año trabajando en Camboya en proyectos relacionados con género y desarrollo. Fue ella la que me planteó la pregunta: ¿Vendrías…? No dudé ni un segundo. Desde entonces llevamos nueve meses trabajando en investigación y consultoría en género y por el momento la cosa sigue.
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
No, estaba buscando trabajo. Acababa de terminar un curso del INEM.
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
Viví el último año en Madrid y nunca conseguí trabajo “de lo mío”. Me había trasladado desde Andalucía pensando que la cosa estaría mejor en la capital, pero no fue así. De condiciones económicas mejor ni hablamos.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Una experiencia enormemente enriquecedora a nivel personal y laboral. Para mí ha sido una gran oportunidad.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
Las condiciones sociales no son mejores. Camboya es un país traumatizado después de un genocio que ocurrió antes de ayer y se está reconstruyendo en muchos sentidos. Aquí muchos derechos humanos, aunque ratificados por el gobierno, no se asumen en la práctica. Todavía hay mucho por hacer y muchos cambios por incorporar. Respecto a las condiciones laborales depende del puesto de trabajo, pero por lo general no son mejores.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Echo de menos a mi familia y a mis amigos y amigas, pero no al país. En estos momentos no me planteo volver.
Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha.
Mi marcha fue una decisión motivada por varias circunstancias personales, no únicamente laborales. Sin embargo, sí les veo responsables de una frustación arrastrada durante años en los que tuve que trabajar en condiciones precarias en lugares que no tenían nada que ver con mi capacitación profesional.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Enormemente positiva.
¿Se considera inmigrante? ¿Cómo lo valora?
No sé cómo considerarme. Se supone que soy una expatriada, este el término acuñado para las personas que trabajan y residen fuera de su país. Recuerdo que la primera vez que escuché esta palabra me sonó fatal, sin embargo de tanto escucharla he terminado por acostumbrarme y la he asumido como propia. Inmigrante o expatriada, sencillamente soy una persona que trabaja en un país que no es el suyo, una residente temporal en Camboya, según nuestro consulado.
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Yo ya llevaba bastante tiempo frustada respecto a la situación laboral. Y ahora estoy más frustrada viendo lo que pretende hacer el nuevo gobierno en cuanto a medidas sociales. Las noticias nacionales e internaciones producen impotencia diaria. Luchamos contra gigantes que solo se preocupan por llenarse el bolsillo a costa de los demás.
¿Es usted una indignada?
Soy una indigada, todos deberíamos serlo. Siempre ha habido indignados e indignadas, y fueron estas personas las que, por medio de protestas y acciones sociales, consiguieron grandes cambios y mejoras a lo largo de la historia. Cambios que fueron muy difíciles de conseguir y que parece que, actualmente, se están tambaleando y peligrando...
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
¿Viviendo y trabajando en Camboya? Era algo que jamás pude imaginar. ¡Si me daba pánico volar!
Cuénteme un sueño recurrente que tenga que ver con la posibilidad de volver a España.
No tengo sueños recurrentes respecto a eso. Actualmente estoy donde quiero estar. Sin embargo, muchas veces pienso y sueño con la posibilidad de poder tener un trabajo similar al que tengo ahora en España con el tiempo. No es fácil estar tan lejos de la familia, ni me veo aquí a largo plazo.
Por último, ¿qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española?
No creo que necesiten más mensajes. Ellos ya saben lo que pensamos. El Movimiento 15M ha trabajado para hacérselo saber. Los recortes sociales no son ninguna solución. Que escuchen a los economistas y humanistas que han hablado en profundidad sobre la crisis y sus soluciones. Deberíamos replantearnos tantas cosas a nivel personal, porque lo que ha servido hasta el momento ya no sirve. Se ha forzado la máquina y ya no vale con ponerle otro parche, así que tendría que construirse de nuevo... No sabemos hacia donde va a ir todo esto, pero no tiene muy buena pinta.

lunes, 9 de enero de 2012

Barbara Cediel: "Va a ser difícil volver a España"

Nombre: Bárbara Cediel
Edad: 28
Profesión: Localización de videojuegos
Nivel de estudios: Licenciada Universitaria
Lugar de nacimiento: Madrid
País de residencia: Irlanda


¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España? La idea de irme a trabajar fuera de España surge un poco por casualidad. Mi mejor amigo me pasó una información sobre el trabajo de Au Pair en Dublín para mi prima, que estaba buscando trabajo de este tipo en ese momento, y vi que me podía interesar. Yo en ese momento tenía trabajo, así que decidí ahorrar durante unos meses y plantearme dejarlo después de verano.
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
Puedo decir que era una privilegiada en ese sentido. Llevaba trabajando dos años en una entidad de gestión de derechos de autor para artistas plásticos y visuales. Después de cinco meses de prácticas y una sustitución de una baja por maternidad decidieron que era el momento de ofrecerme un contrato indefinido. Además estaba compaginando ese trabajo con uno de teleoperadora los fines de semana. Tenía previsto marcharme y un trabajo de Au Pair no es que te ofrezca las mejores condiciones económicas, pero era el momento justo para aprovechar la oportunidad y mejorar el inglés.
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
Mi trabajo en la entidad estaba bastante relacionado con mi licenciatura. En ese sentido tuve mucha suerte, ya que fueron mis primeras prácticas y mi primer contrato en mi campo. En cuanto a las condiciones laborales, bueno, entraba dentro del amplio sector de los “mileuristas”, sin muchas perspectivas de mejora, debido a que no la entidad no estaba pasando un buen momento. Por supuesto, mis competencias abarcaban mucho más de lo que yo daba de sí, con lo que estaba implícito que tenía que quedarme más tiempo para realizar mi trabajo.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Vivir y trabajar fuera de tu país nativo siempre te enriquece, tanto a nivel personal como profesional. Después de estar trabajando 9 meses como Au Pair con una familia de Dublín, en julio del año pasado encontré trabajo en una empresa dedicada a probar y localizar videojuegos. He de decir que nunca hubiera pensando en la posibilidad de trabajar en este campo. Refiriéndome con este tanto al campo de la localización como al del mundo del videojuego. Es una experiencia nueva que hasta el momento me está reportando bastantes satisfacciones.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
Siempre que me preguntan cómo está la situación por aquí la gente se queda sorprendida. Como es sabido, Irlanda está intervenida por la Unión Europea a causa de la crisis económica desde finales de 2010. Desde nuestra perspectiva el país y la gente debería estar hundido y malhumorado. Mi experiencia aquí me dice que no es así. Las condiciones laborales, si bien es verdad que no son tan boyantes como hace algunos años, se mantienen. Creo que el salario mínimo se sitúa en torno a los 18 000€ anuales, lo que sin duda está muy por encima del salario mínimo en España. En cuanto a las horas extras, en mi caso por ejemplo siempre nos preguntan si estamos disponibles para realizarlas y son horas extras remuneradas.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Después de un año y dos meses viviendo aquí, creo que empiezo a tener morriña de España y de Madrid, pero sobre todo de mi familia. Volver después de Navidades está siendo especialmente duro y si las condiciones y el ambiente laboral fueran mejores, creo que sí me plantearía volver.
Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha.
En mi caso no fue tanto culpa de la crisis del país como de una decisión personal de querer crecer personalmente, viajar, vivir en otro país y mejorar el idioma. Consideré que era mi momento para experimentar lo que otra cultura me pudiera ofrecer.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Muy positiva. Nunca hay que cerrarse puertas y qué mejor que vivir otra cultura y empezar de cero para abrir puertas y ventanas de golpe. Los inicios siempre son duros, pero una vez que te organizas y empiezas a hacer tu vida, todo se vuelve más fácil.
¿Se considera inmigrante? ¿Cómo lo valora?
Más que inmigrante, me considero emigrante. De momento no entra en mi planteamiento establecerme aquí para siempre. Según una de las definiciones de la RAE “me estoy ausentando temporalmente de mi propio país para hacer en otro determinadas faenas”. No puedo determinar el tiempo que va a durar esta situación, pero también sé que Dublín no es mi futuro a largo plazo.
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Esa situación, desde que yo tengo uso de razón siempre ha sido así; la cuestión es que nunca se ha agravado tanto como ahora. La lucha contra los grandes gigantes se ha convertido también en una lucha contra los medianos y los pequeños gigantes. Es una lucha contra los poderes establecidos, el sistema, los grandes empresarios, pero también es una lucha diaria y a pequeña escala contra un jefe que te exige más de lo que él da, contra la inseguridad que eso genera, contra el no poder decir que “no” a nada si quieres mantener tu puesto de trabajo. La lucha diaria es la que quema y es la que nos deja sin fuerzas para enfrentarnos a esos gigantes inalcanzables. Esos gigantes que en vez de ser fuente de certezas y de seguridad para mantener la estabilidad social se convierten en objetivos a los que derribar para poder sobrevivir.
¿Es usted un indignado?
Sin duda la situación es indignante. Es una indignación que viene de sentir que la clase política no te representa, que no te escucha, que intenta manejarte y controlarte, que te engaña y que incluso te roba sin que eso tenga ningún tipo de represalia.
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
Siempre he tenido en mente que quería irme a vivir fuera. Lo que nunca hubiera pensado es que lo difícil no es organizarte una vida fuera de España, lo difícil va a ser volver.
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España.
Sueño con la posibilidad de volver a España en sí, con saber si eso será posible en unas condiciones dignas, con ser feliz en mi tierra rodeada de mi gente a la que echo de menos.
Por último, qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española.
Que nos merecemos una clase política mejor de la que tenemos, que dejen de engañar y de utilizar el país como un patio de recreo, que sean profesionales en ese trabajo por el cual están siendo remunerados, bastante bien, me atrevería a decir. Básicamente que se exijan ellos mismos lo que les exigiría cualquier jefe en una empresa privada, a lo mejor en estos términos lo entienden.

miércoles, 4 de enero de 2012

Gaspar: "En España la frustración sería mucho mayor"

Nombre: Gaspar
Edad: 30
Profesión: Arquitecto Técnico
Nivel de estudios: Diplomado Universitario
Lugar de nacimiento: Barcelona
País de residencia:
Argentina


¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?
Dedicándome a la construcción, libre de cargas, creo que no hay mucha más opción. La intención era buscar tanto un trabajo “digno” como una aventura o experiencia personal
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
No
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
Enseguida de quedarme sin trabajo tuve bastante claro que iba a salir de España a buscarme la vida. Durante los meses entre una cosa y otra, simplemente no aparecían ofertas de trabajo: en las webs todo –o prácticamente todo- eran ofertas que llevaban colgadas durante meses, evidentemente sin obtener respuesta; ofertas nuevas, que eventualmente podían aparecer, en cuestión de horas tenían decenas de pretendientes; los contactos que tenía, poco o nada podían hacer al respecto.En cuanto a condiciones económicas, imagino que de haberlas no hubiesen sido muy favorables: con gran parte del sector en concurso de acreedores, o en EREs, o situaciones peores y más difíciles de explicar, rotundamente no, no hubiesen sido buenas.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Con sus pros y sus contras. En mi caso, tengo la tranquilidad de un trabajo estable, dentro de mi sector profesional, que no me hará rico pero me permite costear mis gastos. En los momentos de añoranza eso reconforta, levemente. Pero la incertidumbre de lo que vaya a pasar, tanto en un lugar como en el otro, tiene sus momentos en que se hace pesado.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
No, en global creo que no. El estado de bienestar que había asumido Europa, lejos de si es (o era) sostenible o no, real o no, dista de las condiciones que encontramos aquí. Quizá el hecho de haber venido sin trabajo previo (luego, con la necesidad de regularizar la situación) hacen que el proceso sea más largo y complicado. Quizá también influya el sector en sí, tan dependiente de los cambios políticos (esto es tanto de un lado como del otro del charco) (nótese que en el pasado 2.011 hubo elecciones al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y al Gobierno de la Nación): mi impresión en todo momento fue que los resultados eran muy previsibles, pero en el momento de llamar a las puertas, nos decían que los proyectos estaban bastante a la espera de qué pasaría en ambas elecciones.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Sí, y sí. En España tengo a todos (o casi todos) mis amigos, toda mi familia, y muchas cosas más. Evidentemente, de poder elegir, querría tenerlos a todos cerca.
Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha
No puedo decir que tengan toda la culpa, ni siquiera una gran parte, porque en esta decisión hay también un reto personal, una búsqueda de experiencia personal, que poco o nada le deben a la clase política: en cualquier caso, probablemente si el país estuviera mejor, no estaría haciendo todo esto.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Totalmente. De otra forma, no creo que siguiera aquí
¿Se considera inmigrante? ¿Cómo lo valora?
Sí, soy un inmigrante, y es una situación complicada, pues nadie te conoce, las relaciones se tienen que labrar desde cero, con gente con costumbres no tan diferentes, pero tampoco tan parecidas a las nuestras (especialmente en lo relativo a los negocios); eso me impactó más de lo esperado.
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Con una cierta frustración, no lo puedo negar, aunque estoy totalmente convencido que, de seguir en España la frustración sería mucho, muchísimo mayor. Sigo la actualidad de España prácticamente a diario, y creo que así sería.
¿Es usted un indignado?
Sí, lo soy, lo estoy. Llegué a Buenos Aires a finales de abril. A los quince días salió el pueblo a la calle. En ese momento tuve la tentación de volver, de comprar un billete e ir directamente a Sol. Ahora, estoy más indignado quizá con la facilidad con la que la clase política logró ignorar toda esa revolución, solo espero que no haya sido en balde.
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
No (supongo que cabría un “desde luego”). El sistema parecía tan estable…
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España
Lo primero, abrazar a mucha gente a la que echo de menos. Después tendría que comer algo…
Por último, qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española.
Chicos, esto hay que enderezarlo. Y hay que hacerlo rapidito: con el tiempo, podremos ver cuántos años de progreso se necesitarán para compensar cada día de esta crisis (adoptando el nombre oficial), aunque tengo la esperanza que de todo esto realmente aprendamos algo y pueda cambiar alguna que otra cosa.