Nombre: Gaspar
Edad: 30
Profesión: Arquitecto Técnico
Nivel de estudios: Diplomado Universitario
Lugar de nacimiento: Barcelona
País de residencia: Argentina
¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?
Dedicándome a la construcción, libre de cargas, creo que no hay mucha más opción. La intención era buscar tanto un trabajo “digno” como una aventura o experiencia personal
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
No
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
Enseguida de quedarme sin trabajo tuve bastante claro que iba a salir de España a buscarme la vida. Durante los meses entre una cosa y otra, simplemente no aparecían ofertas de trabajo: en las webs todo –o prácticamente todo- eran ofertas que llevaban colgadas durante meses, evidentemente sin obtener respuesta; ofertas nuevas, que eventualmente podían aparecer, en cuestión de horas tenían decenas de pretendientes; los contactos que tenía, poco o nada podían hacer al respecto.En cuanto a condiciones económicas, imagino que de haberlas no hubiesen sido muy favorables: con gran parte del sector en concurso de acreedores, o en EREs, o situaciones peores y más difíciles de explicar, rotundamente no, no hubiesen sido buenas.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Con sus pros y sus contras. En mi caso, tengo la tranquilidad de un trabajo estable, dentro de mi sector profesional, que no me hará rico pero me permite costear mis gastos. En los momentos de añoranza eso reconforta, levemente. Pero la incertidumbre de lo que vaya a pasar, tanto en un lugar como en el otro, tiene sus momentos en que se hace pesado.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
No, en global creo que no. El estado de bienestar que había asumido Europa, lejos de si es (o era) sostenible o no, real o no, dista de las condiciones que encontramos aquí. Quizá el hecho de haber venido sin trabajo previo (luego, con la necesidad de regularizar la situación) hacen que el proceso sea más largo y complicado. Quizá también influya el sector en sí, tan dependiente de los cambios políticos (esto es tanto de un lado como del otro del charco) (nótese que en el pasado 2.011 hubo elecciones al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y al Gobierno de la Nación): mi impresión en todo momento fue que los resultados eran muy previsibles, pero en el momento de llamar a las puertas, nos decían que los proyectos estaban bastante a la espera de qué pasaría en ambas elecciones.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Sí, y sí. En España tengo a todos (o casi todos) mis amigos, toda mi familia, y muchas cosas más. Evidentemente, de poder elegir, querría tenerlos a todos cerca.
Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha
No puedo decir que tengan toda la culpa, ni siquiera una gran parte, porque en esta decisión hay también un reto personal, una búsqueda de experiencia personal, que poco o nada le deben a la clase política: en cualquier caso, probablemente si el país estuviera mejor, no estaría haciendo todo esto.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Totalmente. De otra forma, no creo que siguiera aquí
¿Se considera inmigrante? ¿Cómo lo valora?
Sí, soy un inmigrante, y es una situación complicada, pues nadie te conoce, las relaciones se tienen que labrar desde cero, con gente con costumbres no tan diferentes, pero tampoco tan parecidas a las nuestras (especialmente en lo relativo a los negocios); eso me impactó más de lo esperado.
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Con una cierta frustración, no lo puedo negar, aunque estoy totalmente convencido que, de seguir en España la frustración sería mucho, muchísimo mayor. Sigo la actualidad de España prácticamente a diario, y creo que así sería.
¿Es usted un indignado?
Sí, lo soy, lo estoy. Llegué a Buenos Aires a finales de abril. A los quince días salió el pueblo a la calle. En ese momento tuve la tentación de volver, de comprar un billete e ir directamente a Sol. Ahora, estoy más indignado quizá con la facilidad con la que la clase política logró ignorar toda esa revolución, solo espero que no haya sido en balde.
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
No (supongo que cabría un “desde luego”). El sistema parecía tan estable…
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España
Lo primero, abrazar a mucha gente a la que echo de menos. Después tendría que comer algo…
Por último, qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española.
Chicos, esto hay que enderezarlo. Y hay que hacerlo rapidito: con el tiempo, podremos ver cuántos años de progreso se necesitarán para compensar cada día de esta crisis (adoptando el nombre oficial), aunque tengo la esperanza que de todo esto realmente aprendamos algo y pueda cambiar alguna que otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario