lunes, 17 de septiembre de 2012

Mª Elena Vázquez: "Creo que la sociedad española es demasiado conformista"

Nombre: Mª Elena Vázquez Hernández
Edad: 29
Profesión: Traductora y profesora de español para extranjeros
Nivel de estudios: Licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) y diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Murcia.
Lugar de nacimiento: Sevilla
País de residencia: Nueva Zelanda

¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?
Siempre me ha gustado moverme mucho. Cuando empecé a estudiar mi segunda carrera, la de Traducción, tenía claro que debía aprovechar todas las oportunidades que la universidad me diera para salir fuera de España dentro de los programas de intercambio. Marcharse en el marco de uno de estos programas facilita mucho las cosas porque dan más protección y seguridad. Afortunadamente las dos universidades donde he estudiado cuentan con una amplia variedad de intercambios académicos y de prácticas en el extranjero que he exprimido al máximo. Pero no todo ha sido gracias a las circunstancias; yo me pasé los tres años de Traducción (incluido el que estuve de Erasmus) trabajando y esforzándome al máximo, gracias a eso obtuve una nota que me permitió conseguir plaza en las convocatorias que solicité. De ese modo, salí por última vez de España en agosto de 2011 para hacer un curso en Alemania, y de ahí he encadenado Lima, Hamburgo y, ahora, Auckland. Esa última etapa en la universidad es clave, es cuando más ofertas de programas hay y cuando puedes encontrar una oportunidad que defina tu futuro profesional. En mi caso las prácticas que encontré en una agencia de traducción en Hamburgo con la Erasmus Prácticas han resultado en un contrato de trabajo para los próximos dos años.
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
Cuando tomé la decisión estaba acabando la carrera. Mi idea era marcharme varios meses para adquirir experiencia tanto profesional como personal en distintos campos y en distintas culturas. El problema (y lo que da pena) viene cuando quedarte fuera de España, y más aún de Andalucía, no es una decisión que has tomado sino más bien una obligación profesional.
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
De traducción hay algo de trabajo y siempre puedes intentar buscarte cosillas por tu cuenta. Internet ha facilitado mucho el mercado de trabajo para los traductores. El quid son las condiciones laborales y económicas. Los contratos son en prácticas, la estabilidad nula y el sueldo ridículo y humillante. Lo mismo que en todos los demás campos profesionales. Sin embargo, en España la traducción choca con la convicción tan extendida (entre el pueblo llano y las autoridades) de que cualquiera puede traducir y de que una traducción de Google Translator es válida porque "se entiende". La calidad no se valora e incluso hay quien se vanagloria de prescindir de ella por el ahorro económico, con las consiguientes consecuencias en nuestro prestigio de cara al exterior. Yo considero que mi trabajo vale más que lo que están dispuestos a pagar muchas empresas en España, así que me voy a donde me valoren, donde las condiciones de trabajo no sean una burla y donde no te amenacen con echarte a la calle porque siempre habrá otro esperando.
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Vivir fuera te enseña a valorar más las cosas de casa a la vez que descubres otras maneras de vivir, otros puntos de vista. Yo creo que es una experiencia casi indispensable, tanto si sale bien como si sale mal. Cuando estás fuera casi todo lo que oyes de tus conocidos en España es "¡Qué suerte!". Tampoco hay que engañarse, trabajar en el extranjero conlleva ciertos retos. Para mí ha sido muy duro estar a la altura de mis compañeros al trabajar "en alemán". Hay que esforzarse y afrontar muchas inseguridades. Ahora me considero afortunada de poder desenvolverme con seguridad en inglés.
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales,  son mejores en su actual lugar de residencia?
Las condiciones laborales de los profesores en Nueva Zelanda son mejores que en España, empezando por el sueldo. También los chicos son un poco más tranquilos, pero eso es parte de la manera de ser de los neozelandeses. En lo que respecta al sistema social me parece equivalente al español, al menos al que yo dejé hace un año, con cosas mejores y cosas peores. No me gusta que haya que pagar cada vez que necesitas ir al médico de familia, pero a cambio el trato es mucho más atento y la espera menos. En general el personal que trabaja en los servicios (médicos, bancos, bibliotecas) es mucho más cercano. Sin embargo todo esto empieza a cambiar por la gran inmigración de países asiáticos con trabajadores dispuestos a pasar muchas más horas en el trabajo por menos dinero que los neozelandeses de origen europeo.
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Sí que la echo de menos. Echo de menos Sevilla, su luz, sus olores, la vida en la calle, las tiendas abiertas hasta tarde, la comida, las fiestas. Echo de menos a la familia y a los amigos, aunque a medida que van pasando los meses cada vez me quedan menos en España, estamos todos repartidos por los cinco continentes. Y temo que eso pase de ser una circunstancia pasajera a una permanente. Yo no pierdo la esperanza de que la situación mejore y pueda trabajar como autónoma desde Sevilla. En cierto modo me siento un poco culpable de no estar allí arrimando el hombro y ayudando a levantar el país, pero tengo la impresión de que a día de hoy sería un esfuerzo en vano.
Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha
Los políticos son sólo un reflejo de nuestra sociedad. Nuestros dirigentes son los que salen de las urnas y los que hemos elegido nosotros mediante una ley que, a mí, me parece injusta. Que mientan y roben compulsivamente me parece que es porque los toleramos, como en Valencia o en Andalucía. En otros países no pasaría. Obviamente los gobiernos de los últimos años no están siendo muy profesionales y esta crisis les queda grande. ¿Culpa? Mucha. ¿Le exigimos nosotros seriamente que cambien de rumbo?...
¿Considera positiva su experiencia actual?
Yo creo que casi todas experiencias son positivas y me considero muy afortunada de que me hayan dado la oportunidad de participar en este programa. Espero que, aparte de las cosas que he aprendido a hacer, el apartado en mi curriculum que certifica mi experiencia aquí como profesora de español me ayude algún día a lograr un trabajo en ese campo. Seguramente no es este país pero sí en otros más cercanos al mío.
¿Se considera emigrante? ¿Cómo lo valora?
Ahora que tengo el contrato de Alemania en mis manos ya sí. Antes lo sospechaba pero no lo consideraba como un hecho todavía. Al fin y al cabo yo me he movido principalmente gracias a prácticas y a programas de intercambio, pero ahora que me han ofrecido un contrato laboral en otro país con mejores condiciones que en el mío sí que me considero emigrante. En cualquier caso, como han dicho anteriormente por aquí, el término siempre me trae una sonrisa melancólica y de ternura al evocar a Antonio Molina. Yo creo que la clave está en querer volver y que las circunstancias no te dejen.
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Depende del día. Procuro estar informada de lo que pasa en mi país, de las decisiones que toman los políticos y de las que toman los ciudadanos. Cuando hablo con mis amigos, muchos de ellos fuera de Sevilla (o de España) o en paro siento una inmensa pena y frustración. Hemos trabajado muy duro y no nos merecemos esto, o eso es lo que nuestros padres siempre nos han dicho. "Estudia duro y tendrás un buen trabajo". Y no ha resultado así. Pienso que nuestra generación tiene poca resistencia a la frustración y también que nos cuesta desprendernos de muchas comodidades que situamos como prioritarias. Creo, y espero, que la crisis sirva de algo y nos abra los ojos a este respecto. En mi opinión antes de culpar a otros, a la sociedad, a la clase política, a Angela Merkel, al BCE... , la sociedad española tiene que hacer examen de conciencia y darse cuenta de una vez de que no podemos permitir que tantos de nuestros ciudadanos chupen del bote y piensen que son los más listos por aprovecharse del sistema, vivir de subvenciones, de becas indiscriminadas, de enchufes, no pagar impuestos, tolerar la corrupción, etc. Temo que nuestra sociedad de Lazarillos de Tormes y devoción por la picaresca vaya a cambiar mucho en cuanto pasen las vacas flacas. Se seguirá invirtiendo en ladrillo, en turismo no sostenible y en venderle el aceite a los italianos en vez de comercializarlo como nuestro que es. Para mí, los gigantes inalcanzables son la carencia de valores y de ética anclados en nuestra sociedad. Y a veces siento que intentar hacer algo es como echar margaritas a los cerdos. Otros días me levanto más optimista.
¿Es usted una indignada?
Totalmente, desde el primer día. Mi padre dice que las cosas se cambian desde las urnas, a través del voto una vez cada cuatro años. Yo me resisto a conformarme con eso, creo que hay que ir mucho más allá y luchar por lo que se quiere. Creo que la sociedad española es demasiado conformista, nos gusta quejarnos pero no hacemos nada para cambiar las cosas. "Ya lo hará otro" o "no va a servir de nada", es lo que siempre se oye y lo que me indigna. Yo no creo que vaya a cambiar el mundo, pero creo que eso no es motivo para quedarse sentado mirando y, sobre todo, lamentándose. La manifestación del 15 de mayo y las concentraciones a las que asistí aquella semana me emocionaron profundamente. Por fin la gente había despertado y, consiguiéramos algo o no, lo importante es que mucha gente salió a la calle a decir lo que pensaba, y a hablar no sólo el día de las elecciones.
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
La verdad es que no lo sé. Yo soy de las que piensa que esta crisis sí se veía venir. Recuerdo cuando mi hermano firmó una hipoteca de unos 50 años; recuerdo que me pregunté qué garantías tenía el banco para pensar que mi hermano fuera a vivir todos esos años. No le vi el sentido. Aunque sí supongo que no pensábamos que fuera a durar tanto. No sé. Hace 5 años yo no me preocupaba por que las cosas fueran a plantearse más o menos fáciles. Cada generación ha tenido que afrontar sus propias dificultades. La vida es así. Y si una cosa aprendí de cuando estuve en Perú de voluntaria en un barrio pobre de Lima es que el ser humano encuentra su manera de sentirse miserable, da igual que tengas más o menos dinero y que vivas en un entorno más o menos favorable. Los países escandinavos tienen los niveles más altos de calidad de vida y luego son los que más se suicidan. No me gusta la autocompasión, no es constructiva. Lamentarnos por la situación no nos va a ayudar, hay que ponerse en marcha y actuar.
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España
Como he comentado antes, me gustaría volver a Sevilla y trabajar de traductora como autónoma. Si hablamos de sueños, pues lo ideal sería trabajar media jornada como profesora de español para extranjeros y la otra media traduciendo. Y si los sueños no tienen límites pues que mis amigos también hayan vuelto y que pueda irme de tapas con ellos, disfrutar de su compañía y de la de mi familia.
Por último, qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española
Pues yo los mandaría a cada uno a su casa. Creo que lo suyo no tiene remedio, que hay un error de base y de concepto. Creo que ellos hacen su trabajo no como una labor de servicio público sino de forma egoísta e irresponsable. No entiendo la profesión de político; deberíamos elegir y tener a los mejores profesionales de cada ámbito (cultural, económico, administrativo, ...) dirigiendo los distintos ministerios y al país en general. Así que más que un mensaje a ellos le mandaría un mensaje a la sociedad, para que dejemos de dar apoyo con nuestros votos a aquellos que han demostrado con creces que no dan la talla, y permitir el resurgimiento de una nueva clase dirigente
.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este artículo, porque yo soy un futuro traductor y veo la vida más o menos como M.ª Elena... ¡Muy bien dicho todo! :-)

    ResponderEliminar